El pueblo de Chile habló fuerte y claro. La propuesta de Nueva Constitución fue abruptamente derrotada. El análisis de los factores que incidieron en la derrota plebiscitaria de la propuesta que apoyamos con todas nuestras energías son múltiples y serán materia de análisis durante las próximas semanas y meses. Pero nuestras banderas siguen a tope.

El sueño de contar con un sistema unificado de salud que garantice dignidad tanto a pacientes como a los funcionarios y funcionarias fue, es y seguirá siendo nuestro objetivo fundamental.

Colaboraremos en todas las instancias que persigan este anhelo que imaginamos es compartido por una gran mayoría de chilenos y chilenas. El sueño de contar con prestaciones de alto estándar nos mueven porque somos profesionales del sistema público de salud, conocemos sus falencias.

Nuestra patria será mejor el día que nos reconozcamos y nos miremos también en nuestras diferencias como hermanos y hermanas, buscando objetivos de bienestar que hagan que nuestra vida sea mejor.

Tal como versan las letras de aquel enorme conjunto musical que es Inti Illimani, no estamos humillados. No olvidamos nuestro norte. Nunca nuestro anhelo será vencido. Nuestra derrota será siempre breve, siendo un estímulo para reforzar nuestra vocación, porque conocemos los dolores y necesidades de la ciudadanía y esta bandera seguirá a tope.