Columna de Opinión
Sandra Olivares Camus
Presidenta Fedeprus Metropolitana
Sin autocritica termina la última Cuenta Pública del Presidente Sebastián Piñera lo que solo demuestra que la famosa frase “vendrán tiempos mejores” de su campaña presidencial, siempre fue una utopía, pues nunca estos tiempos llegaron.
Esta cuenta pública estuvo marcada por ser la última del actual Gobierno y en medio de una pandemia que no da tregua en nuestro país, pese a ello este acto republicano pasó como un trámite más, sin anuncios importantes para estos últimos meses y con un análisis que solo demuestra la distancia permanente de Piñera y sus asesores con la realidad del país.
Como dirigenta del área de la salud no puedo dejar de mencionar lo pobre de los anuncios para el sector, como cuando habló de infraestructura que más bien son proyectos que pertenecen al Gobierno anterior, con una Ley de Fármacos que aún está en trámite con un fuerte lobby de los laboratorios, mencionando un fortalecimiento de FONASA que solo viene a aumentar el traspaso de recursos a privados, haciendo referencia a la resolución de las listas de espera, la cual será vía licitación, imperando el lucro en el tratamiento de las enfermedades de las y los chilenos.
Y que podemos decir de lo expresado en torno a la pandemia, donde el Presidente vuelve a resumir con exitismo el manejo de la crisis sanitaria, con una red integrada de salud que sabemos que no es tal, un plan paso a paso inconsistente e incoherente, una compra de ventiladores abultada en relación a lo efectivamente utilizado y un protocolo de testeo, trazabilidad y aislamiento que nunca logro implementarse por falta de personal en la atención privada, sin dejar de mencionar la falta de diálogo y validación de las sociedades científicas en la toma de decisiones, mesa covid inexistente y desconociendo la labor de los gremios de la salud como aporte a esta crisis.
La realidad es que la situación de los hospitales públicos, más aún en pandemia, sale adelante sólo gracias al compromiso de las y los funcionarios de salud, no existiendo preocupación por parte de las autoridades de las condiciones laborales de dichos trabajadores y trabajadoras, solo como muestra es que desde el año pasado dejaron de informar los contagiados por Coronavirus en el sector y menos aún las cifras de fallecidos, lo que claramente muestra el desdén por la vida de quienes llaman “la primera línea”.
Sin duda el manejo de la pandemia con criterios económicos ha deteriorado más aún la salud de la población, como también fuertemente la de los equipos humanos de salud, poniendo en riesgo su seguridad funcionaria. La ciudadanía debe saber que la patología del Covid-19 no ha sido tratada en todos los casos como enfermedad profesional dejando sin cobertura de salud y con secuelas a las y los funcionarios contagiados.
El único factor que pudo resultar positivo para la gestión de este Gobierno fue la campaña de vacunación, pero la utilización política de una decisión sanitaria echa por el suelo una medida que debió ser bien comunicada para que la población entendiera que no era la panacea, evitando generar una falsa sensación de seguridad.
Hay una cierta desfachatez al decir que “el adversario a derrotar no es el gobierno sino la pandemia”, pero no se transparenta que las decisiones de la autoridad tienen hoy por tercera vez al sistema de salud colapsado, la ciudadanía sin protección económica y una grave crisis social.
No sirve pedir disculpas por llegar tarde con las ayudas económicas, pues no podemos pasar por alto la indignidad con la que las familias han debido enfrentar la pandemia, donde vemos eternas filas para ver si se califica a algún mínimo beneficio, recordando que la primera medida de ayuda a la población fue una caja de mercadería como una burla al hambre del pueblo… ¡migajas y limosnas!
Pero sí esta Cuenta Pública contó con promesas para una mayor protección a las policías, en especial a Carabineros, siendo una burla para todas y todos los que lucharon durante la revuelta del año 2019, algunos muertos, mutilados y presos sin anuncios para ellos.
Piñera quiere apoderarse del proceso constituyente incluso hablando de legado, este es del pueblo y de nadie más, así quedo reflejado en las elecciones de la actual Convención, donde el sector al cual él representa quedó disminuido a tal punto de ser la peor derrota política de la derecha en nuestro país y esto podría ser lo único positivo de estos 4 años, el pueblo ha tenido que resistir, pero sabemos que más temprano que tarde tendremos un país justo donde convivamos en justicia y equidad.