El pasado fin de semana, en el Hospital Padre Hurtado, un trabajador de 69 años de la Empresa externa Lim Chile, que se encontraba desempeñando sus funciones como guardia de seguridad del recinto asistencial fue alcanzado por un proyectil (una bala) en el brazo, con entrada y salida de esta. El trabajador en cuestión fue atendido en el Servicio de Urgencia del establecimiento, acompañado de sus jefaturas, dado de alta pues afortunadamente solo tenía lesión de partes blandas.
Como federación de profesionales de la salud, lamentamos profundamente este tipo de situaciones donde la vida de las y los trabajadores está en alto y constante riesgo, pues no es la primera vez que sucede un hecho como este, solo basta recordar como en el mismo Hospital Padre Hurtado se tuvo que levantar un muro de acero para proteger el recinto de las balas que traspasaron incluso pabellones de atención.
Esto es la muestra de la falta de seguridad que las y los funcionarios de la salud sufren día a día en varios recintos hospitalarios sobre todo los asentados en zonas de más alto conflicto y que las escasas medidas adoptadas por las autoridades en materia de protección de la integridad de las y los trabajadores quedan en evidencia cuando suceden estos hechos gravísimos.
Además, llama la atención la falta de pronunciamiento de la autoridad frente a una situación tan grave, por lo mismo nos parece importante poner en la palestra lo sucedido y emplazar de manera urgente a las autoridades para que establezcan políticas y protocolos de acción efectivas y permanentes en el tiempo con el propósito de proteger la vida y salud de quienes laboran en recintos asistenciales y que merecen desarrollar sus funciones en espacios seguros.
Este tema debe ser abordado de manera integral, ya sea en instancias como las mesas de seguridad pública u otras donde los diversos estamentos relacionados brinden las medidas de seguridad y tranquilidad a quienes están mandatados a atender las necesidades de salud de la población (incluidos administrativos, guardias de seguridad, trabajadores de aseo y ornato y todos los que desempeñen alguna función en los hospitales), y que no sean ellos un foco de riesgo, pues todos y todas merecemos lugares seguros para poder trabajar.