DECLARACIÓN PÚBLICA
Como organización de trabajadoras y trabajadores de la Salud Pública no podemos estar ausentes de esta nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Si bien valoramos los avances alcanzados en materias como derechos maternales o el cuidado infantil, pareciera que éstos no van a la par con el cambio cultural que se requiere para asegurar su cumplimiento en el largo plazo y terminar de erradicar prácticas patriarcales que aún persisten en la sociedad del siglo XXI, no estando ajenas a ellas las nuevas generaciones.
Aún seguimos en deuda con todas las mujeres y disidencias que día a día continúan sufriendo discriminación debido a su género e incluso pierden la vida en manos de sus parejas o la intolerancia de otros.
Estamos en deuda con todas aquellas mujeres y disidencias que aún se sienten violentadas o imposibilitadas de acceder a una educación sexual integral y la necesaria red de apoyo del sistema de salud.
Tenemos una deuda como sociedad con quienes no pueden conciliar la maternidad con el desarrollo profesional, pues seguimos sin comprender la importancia de contar con los sistemas de cuidado infantil necesarios para que, como sociedad, nos hagamos cargo de las nuevas generaciones que hacen posible la continuidad de la vida, permitiendo la posibilidad del desarrollo pleno de todos los seres humanos.
Persiste la deuda con todas aquellas mujeres que aún sufren violencia en todas sus formas, tanto en el ámbito laboral como familiar, sin existir todavía políticas públicas robustas y adecuadas que apunten a la prevención de estas situaciones, sin dejar de lado las sanciones necesarias.
Existe también una deuda con todas nuestras adultas mayores que llegando a la edad de jubilar no cuentan con una pensión digna que les permita vivir con dignidad, en especial a quienes han debido dedicar su tiempo al cuidado de otros, función primordial que ha permitido el desarrollo de nuestra sociedad y que permanece invisibilizada en las cifras macroeconómicas.
Durante los últimos años hemos alzado la voz y levantado nuestros puños en alto, pero pareciera que solo nos escucháramos entre nosotras. Como FEDEPRUS Metropolitana creemos que es momento de gritar más fuerte y llegar donde aún no hemos podido llegar.
Sabemos que una educación no sexista y democrática es clave para generar los cambios culturales que se necesitan, pero para ello se requiere voluntad política, por lo que estaremos presionando a las autoridades respectivas para avanzar en esa materia. Pero también vamos a exigir la aprobación del Convenio 190 de la OIT, a través del cual obliga a los gobiernos firmantes a la implementación de medidas efectivas que ayuden a terminar con la violencia, entre ellas de género, junto al maltrato laboral y sindical.
Seguiremos exigiendo y trabajando para avanzar con mayor celeridad en la protocolización con enfoque de género de los procesos de denuncia para casos de maltrato y acoso laboral y sexual, donde no se revictimice a quienes logran atreverse a denunciar a sus agresores.
En el ámbito de la salud pública, enviaremos propuesta para avanzar en el Proyecto de las 40 Horas y que pueda ser aplicable a las y los trabajadores de la salud, mejorando la conciliación trabajo y familia, dando espacio también al desarrollo personal en otros ámbitos.
En el contexto de la conmemoración de los 50 años del golpe militar, también queremos recordar a aquellas trabajadoras y luchadoras sociales que aún siguen desaparecidas, ejecutadas o que fueron torturadas por el solo hecho de pensar distinto. Estaremos siempre en contra de la violencia política y exigiremos el respeto irrestricto a los derechos humanos, procurando mantener viva la memoria para no repetir las atrocidades del pasado.
Como Federación, seguiremos estando alertas y tomando todas las acciones que sean necesarias frente a todo tipo de violencias, pues no bastan los discursos de buenas intenciones, sino que es momento de acciones concretas que permitan entregar seguridad, autonomía física y económica, libertad y oportunidades de desarrollo a cada una de nosotras.
Es por ello que este 8M nos movilizamos y hacemos visible nuestras demandas, en todos los espacios posibles y en un trabajo que debe ser permanente, sabemos que el camino es largo, pero solo se avanza con unión y organización.
¡A TRENZAR TODAS LAS LUCHAS!