Escrito por: Medio “Cápsula Informativa”

De manera incansable, los trabajadores de la red pública de salud han estado por largo tiempo denunciando los diferentes e innumerables problemas que enfrentan y aunque realizan manifestaciones, pocas son las ocasiones o, mejor dicho, prácticamente nulas, en las que sus demandas son escuchadas por las autoridades. Más bien, se podría graficar el escenario como un diálogo de sordos, donde una de las partes involucradas guarda silencio, mira hacia el lado o baja la mirada y no dice nada: ésa es la actitud del Ministerio de Salud (Minsal).

Hay que partir señalando que los dirigentes de la Federación de Profesionales Universitarios de la Salud de la Región Metropolitana (Fedeprus Metropolitana) han realizado distintas actividades en los centros asistenciales para llamar la atención, levantar señales de alerta ante las precarias condiciones presupuestarias y de personal que existen en los recintos hospitalarios.

Lo primero que hay que saber es que en octubre con el término del Estado de Excepción, los centros asistenciales vieron mermados los refuerzos de honorarios que fueron contratados para la cobertura necesaria por la pandemia. Se argumentó esta medida, por parte de las autoridades, debido a la baja en los niveles de contagio, pero no se consideró la segunda pandemia que se refiere a dar resolución a las listas de espera y otras patologías que no han tenido atención durante estos últimos dos años.

“Cápsula Informativa” conversó con Sandra Olivarespresidenta de la Fedeprus Metropolitana, quien analiza en detalle las distintas situaciones, complejas por lo demás, que se están dando en los hospitales. En este sentido, plantea que hay casos en los que los trabajadores del Hospital Sótero del Río han decidido paralizar sus funciones con la finalidad de presionar y conseguir los cargos necesarios para lograr cubrir las camas complejizadas y, además, las brechas históricas de personal. Resultado de esta movilización: se consiguieron más de 200 cargos para este hospital.

Una situación similar se vivió en el Hospital San José, que debió acudir a la misma presión para mejorar la dotación del servicio de urgencia adulto.

En el Hospital Exequiel González Cortés, hospital pediátrico de la zona Sur de Santiago, también estuvo en paro de la Urgencia por falta de personal y la alta demanda de atenciones.

Sandra Olivares plantea que “hemos sido testigos de la manifestación al interior del Hospital de Talagante que denuncia la grave situación de presupuesto, de este recinto que es parte del Servicio de Salud Occidente y donde las autoridades privilegian entregar los escasos recursos a un hospital cerrado, como es el Hospital Metropolitano y dejar a la periferia de Santiago desfinanciada”.

Hay que indicar que ante esta situación presupuestaria, la directiva local la está denunciando desde agosto y, hasta ahora, aún no tiene solución. Esto, pese a que la semana pasada, el gobierno aprobó los decretos presupuestarios para el mes de octubre  y de noviembre.  

Olivares señala que “es tanta la discriminación para la red Occidente, que los pagos a los funcionarios por la misma función son mas altos en Providencia donde está el Hospital Metropolitano y mucho menos el valor por contrato en el sector Poniente de Santiago”.

La representante de Fedeprus Metropolitana sostiene que “los primeros días de octubre, vimos que los hospitales despidieron personal, terminaron con varias estrategias sanitarias y se termina desprotegiendo de nuevo a los establecimientos. Por ejemplo, si se había definido aumentar de 24 camas UCI antes de la pandemia y dejar 50, el Gobierno empezó a recortar esos recursos y llegamos a esto de la medida de lo posible, no reforzando, sino repartiendo pobreza”.

Más denuncias

Desde la Fedeprus Metropolitana advierten que las autoridades locales han anunciado el cierre de una estrategia de salud definida a nivel central que es la Hospitalización Domiciliaria. Este mecanismo, en la práctica, ha permitido al sector usar de manera más eficiente las camas de cada hospital, porque los pacientes que ya no requieren un cuidado tan específico son traslados a sus domicilios y son atendidos por grupos multidisciplinarios, permitiendo un mejor flujo para que las camas de hospitales sean ocupadas por pacientes más graves.

Un ejemplo concreto de esta situación es lo que está ocurriendo en el Hospital de Curacaví donde se anunció el cierre de la Unidad de hospitalización domiciliaria. “A los pacientes, los están dando de alta prematuramente y si llegan a tener algún problema de salud, tienen que reingresar al hospital por la vía que tenemos institucionalizada, ya sea, a través de la atención primaria o de la urgencia de los hospitales y volver a internarse si su condición de salud se agrava”.

Pero, los problemas no se quedan ahí. En el Hospital La Florida, señala, la presidenta de Fedeprus Metropolitana, “la concesionaria tiene más de 300 no cumplimientos de distintas indoles que debieron terminar en una multa y sólo 5 de éstas se han materializado, otra vez se favorece a la empresa y no a la comunidad. Se siguen pagando las grandes sumas de dinero por la construcción y operación de un hospital que no da el ancho”. Dentro de estos eventos centinelas fue la inundación de la UCI con aguas servidas que implicó el cierre por más de un mes de la unidad de pacientes críticos en plena pandemia.

Sandra Olivares comenta que hubo una movilización por el Hospital Barros Luco, porque los usuarios organizados en Ancosalud y los gremios, protestaron para alertar el retraso excesivo del proyecto de construcción de un hospital público, considerando que la empresa está en quiebra y no existe la decisión de cambiar de oferente.  

“¿Para qué hablar de las decisiones de este gobierno que, en sus últimos manotazos de ahogado, define acelerar los procesos de concesiones de Hospitales de Especialidad en la capital como son el Instituto Nacional del Cáncer -en Independencia- y el Instituto de Neurocirugía –Providencia-. Esto último, nos parece que es saltarse las decisiones democráticas del proceso constituyente, donde se deberá definir el nuevo  modelo de salud, pero si seguimos así, no habrá red asistencial qué defender si estará todo vendido al mejor postor”.