El Gobierno sigue demostrando su desprolijidad a la hora de designar autoridades. En su gestión, Piñera ha sumado cuatro ministros del Interior, dos de ellos con Acusación Constitucional, en tanto en el sector salud hemos tenido autoridades incompetentes y que no han estado a la altura de la gran crisis sanitaria que significa la pandemia.

Desde marzo, y mucho antes, nuestra Federación ha venido denunciando las condiciones laborales en nuestro sector y las falencias en el manejo de la pandemia por parte del Gobierno, en particular del Ministerio de Salud. El gobierno ha hecho oídos sordos ante estas demandas.

Dos ministros han pasado por la cartera de Salud con gestiones cuestionadas por expertos, por los y las trabajadores y trabajadoras, y por toda la ciudadanía, sin dejar de mencionar el lapidario informe de la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados respecto al Covid-19 en nuestro país y el erróneo liderazgo de las autoridades respectivas.

La renuncia del Subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, era cuestión de tiempo.  Criticamos con fuerza su nombramiento, lo calificamos como inédito, pues se trata de un ingeniero comercial con escasa experiencia en una clínica privada, vinculado a un puesto sumamente sensible como es la gran responsabilidad de coordinar la red pública de todo Chile. Y Zúñiga en esto, por culpas propias y ajenas, falló.

Quien al parecer tiene intenciones de ser candidato, ha sido cuestionado por licitaciones poco transparentes, privilegiando al sector privado en desmedro de lo público. Jamás otorgó real reconocimiento a las y los trabajadores del sector, muestra de ello que hasta ahora nunca respondió a las demandas gremiales. En resumen, una gestión deplorable ha sido la desempeñada por la cartera de salud, con nula trasparencia en el manejo de la pandemia, decisiones erráticas, y lo último; ocultamiento de correos a la justicia que rayan en el desacato.

Con la salida de Mañalich a la cabeza del Ministerio, se tuvo la oportunidad de hacer un cambio de timón en salud, pero se optó por la estrategia de Piñera, y continuamos por el mismo camino por ese en que el Gobierno no ve ni escucha.

Hoy los hospitales vuelven a presentar serios problemas de financiamiento y riesgo de no poder terminar el año. Por esta situación, las y los trabajadores, en su totalidad, nos hemos declarando en Estado de Alerta ante una situación insostenible en el tiempo más aún cuando la pandemia no ha finalizado.

El Gobierno de Sebastián Piñera ha demostrado que siempre puede ser peor, autoridades sin la moral para ocupar cargos estratégicos y que justifican su pésima gestión con disputas políticas, sin enterarse que las y los ciudadanos sepultamos esa forma de gobernar y exigimos un cambio radical para nuestro país.

¡FUNCIONARIOS/AS DE LA SALUD EN ALERTA!