COLUMNA DE DIRECTORIO FEDEPRUS METROPOLITANA
En un mes donde el país elige a las autoridades que dirigirán los destinos de un país convulsionado por las injusticias sociales, se conmemora este 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, materia en que las medidas y políticas públicas existentes no han sido eficaces para erradicar este flagelo social producto de un sistema patriarcal y de las brechas de género existentes a lo largo de nuestra historia, que ha permitido el despliegue irracional de la violencia hacia las mujeres que se traduce en diversos tipos: física, sexual, psicológica, económica, etc., que no solo se da a nivel de cónyuges o convivientes, sino de cercanos, vecinos, familiares e inclusive en el ámbito laboral.
El Estado es el responsable de proteger a sus ciudadanos/as de manera integral y claramente está al “debe” con las mujeres, quienes están en permanente desprotección cuando son víctimas de violencia de género, con medidas cautelares irrisorias, revictimización en las denuncias, redes de apoyo institucionales insuficientes e ineficientes, además de invisibilizar todos los tipos de violencia hacia las mujeres y los alcances que esta puede tener en diversas instancias.
Las cifras que hoy maneja el Gobierno, en específico el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género difieren mucho de las que constatan otras organizaciones especializadas en la materia, ejemplo de ellos es que en el primer semestre de 2021, SERNAMEG indicó 19 femicidios a la fecha, mientras que la Red Chilena consigna 25; dos de ellos por castigo femicida, 2 suicidios femicidas y otros 3 crímenes cometidos por violencia femicida, situaciones que no considera la institucionalidad, enmarcando el femicidio solo en asesinatos cometidos por sus parejas o ex parejas y no recoge el sentido real de este flagelo que es mucho más amplio de considerar. Al reducirlo a relaciones de pareja y al núcleo familiar, se desconocen aquellos asesinatos de mujeres que ocurren en otros ámbitos pero que obedecen a las mismas causas: misoginia, sometimiento, desprecio por la vida de las mujeres, búsqueda de control de su sexualidad y capacidad reproductiva. Es así como quedan fuera de la ley mujeres y niñas violadas y asesinadas por conocidos, amigos, desconocidos, clientes en casos de trabajadoras sexuales y los crímenes de odio a lesbianas y personas trans.
Hoy en día se instaurado otro escenario que permite la violencia contra mujeres y es la que se da en redes sociales, es por ello que organizaciones feministas y por los derechos digitales han dado cuenta de las distintas manifestaciones violentas en este espacio. Una de ellas es la humillación y degradación de mujeres que tiene mayor notoriedad pública, que, si bien las afecta a ellas personalmente, también tiene consecuencias en la vida de todas, en tanto se les castiga por ser figuras públicas y limitan su participación. Esto promueve la idea errada de que las mujeres no tienen derecho a expresarse, contribuyendo al desmedro de la valía de las mujeres socialmente, y la autopercepción que tienen de sí mismas.
Para graficar esta problemática, Corporación Humanas realizó el estudio “Ser política en Twitter”, en relación a la violencia que debieron enfrentar mujeres y disidencias sexuales candidatas a la Convención Constituyente en dicha red social considerando que, dado el contexto, este fue un medio importante para difusión de información durante la época de campañas electorales, que se extendió entre el 11 de enero y el 13 de mayo de 2021. El estudio revisó un total de 257.792 publicaciones, de las cuales un 9,2% contenían mensajes violentos hacia las candidatas. Para su análisis, estas fueron divididas entre expresiones discriminatorias (69%) y de desprestigio (31%). Dentro de las expresiones discriminatorias, estas se subdividen en: menosprecio de sus capacidades, alusiones al cuerpo y sexualidad, ofensas clasistas, ofensas racistas, roles y mandatos de género, y ofensas por identificarse como feministas. Sobre quienes emitieron contenido violento hacia las candidatas, al analizar sus perfiles se devela que en general se trató de hombres, correspondiendo a un 70% de los comentarios, y que en su mayoría se identifican políticamente con sectores de derecha.
En el ámbito laboral la violencia de género existe y si bien no hay estudios específicos, pues es aún más invisibilizada, el alza en los indicadores de patología mental está directamente relacionadas con las condiciones laborales y en particular por acoso y maltrato, lo que incide en su mayoría en mujeres trabajadoras y que están relacionadas con su condición de género.
Dado lo anterior y en vista de la desprotección en la que se encuentran las víctimas, es que hacemos un llamado a las autoridades hacerse cargo de este tema, replanteándose el modelo existente de protección, prevención, tratamiento y justicia, considerando las visiones especializadas de otros organismos, que las nuevas autoridades electas tengan la voluntad de mejorar la legislación y hacer las transformaciones necesarias en el ámbito judicial, pues todos sabemos que las medidas cautelares y la revictimización son temas pendientes, así como también ir incorporando de manera efectiva la mirada de género en las políticas públicas y educar a la ciudadanía en la igualdad entre hombres y mujeres sin distinción, tema que nos preocupa entendiendo que hoy tenemos un candidato que raya en el conservadurismo y la poca consideración hacia las minorías y disidencias sexuales.
Para FEDEPRUS Metropolitana es de vital importancia estar presente en la lucha contra la violencia de género estar atentos a situaciones que puedan darse en el entorno laboral o que padezcan compañeras de trabajo, pues el 70% de la dotación de los Servicios de Salud en el país son mujeres, , por lo que nuestra preocupación está con las trabajadoras de la salud, con las madres, hijas y mujeres de nuestra sociedad y nuestro deber es seguir sensibilizando a la comunidad en general en cuanto a la violencia de género y exigir que quienes dirijan los destinos de nuestro país estén a la altura de un tema tan preocupante que debemos resolver como sociedad en su conjunto.