FEDEPRUS Metropolitana desde el año 2019 viene denunciando la precaria situación presupuestaria de los establecimientos de la región. La pandemia nos encontró con una asignación de recursos restringida desde el nivel central a tal punto que incluso los directivos estaban alertas de como terminar el año.

Durante el año 2020 se realizaron inyecciones al sector salud nunca antes vistas, que permitió efectivamente dar una atención digna a la población y poder responder a una crisis de manera eficiente. Esto se ve reflejado según fuentes de prensa, en un aumento del gasto de los hospitales sobre un 60% de lo histórico durante esta pandemia, especialmente en las atenciones de Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs).

La opinión publica vio cómo se adquirieron ventiladores mecánicos, la contratación de personal a honorarios como: médicos, enfermeras, tecnólogos médicos, kinesiólogos, técnicos paramédicos, se aumentaron las remuneraciones variables con reemplazos y suplencias. También se registró un aumento de compras de insumos, productos farmacéuticos, elementos de protección personal y realización de reconversión de camas y de personal a una velocidad impensada. Todo esto fue posible porque la capacidad humana y técnicas del equipo de salud se encuentra capacitado y con un compromiso a toda prueba.

Pero no podemos volver a la realidad de antes de marzo del 2020, no podemos nuevamente estar con capacidades de atención al mínimo para enfrentar las campañas de invierno u otra ola del COVID 19, tampoco podemos enfrentar la segunda pandemia, que son las listas de espera quirúrgicas y de especialidad que han tenido un alza importante en días de aguardo y que representara un nuevo impacto en la demanda de salud pública en los próximos años, implicando un nuevo esfuerzo sanitario para el sector que durará años en resolverse, así también como las secuelas dejadas por el covid 19.

Esto se suma a que los hospitales públicos a la fecha no han recibido transferencias presupuestarias adicionales para cubrir dicho gasto sanitario y se debe entender que su nivel de endeudamiento aumentará y en algunos casos no hay recursos para seguir operando.

Le exigimos al Gobierno , al Ministerio de Salud y a la Dirección de Presupuestos que se proyecte un financiamiento digno para los hospitales del país y de la Región Metropolitana, con la adecuada dotación de camas críticas en cada recinto hospitalario  y que estas camas cuenten con personal contratado y con sus respectivas asignaciones para funciones de turnos, así como también presupuesto para vestirlas, con equipamiento e insumos, además de mantener hospitales de campaña en la región, La prioridad en la remesa presupuestaria debe ser la salud pública del país teniendo en cuenta el gasto real realizado por los hospitales durante este último tiempo.

Además, solicitamos el NO cierre del Hospital Metropolitano, que hasta hoy continua dando cobertura a derivaciones del Servicio Metropolitano Occidente y otros centros, pues nos parece inaceptable que se quiera terminar con un recinto de atención hospitalaria para facilitar el funcionamiento de un centro comercial, poniendo muy por debajo la priorización de la salud de la población.

Por otra parte, el Gobierno debe dar reconocimiento a las y los funcionarios que, ya después de un año y medio de atenciones muy por sobre lo normal, requieren descanso y contar con reemplazos debidos durante este tiempo. Muchos establecimientos hospitalarios están despidiendo a funcionarios/as a honorarios que fueron formados y capacitados, queriendo las autoridades volver a pretender hacer mucho con el mismo personal de siempre. 

Necesitamos avanzar en transparencia en la elaboración del presupuesto para salud 2022, que en este país se termine con la supremacía de los Ministros de Hacienda por sobre los Ministerios más sociales, particularmente en un año que se producirá elección presidencial y resulta impresentable dejar amarrado dineros para la futura gestión.

La pandemia debe dejarnos claro que el impacto ha sido a todo nivel y que perdurará por mucho tiempo y por tanto está la oportunidad de proyectar y enfrentar este nuevo escenario mejor preparados, haciéndose imprescindible que las señales políticas sean claras en poner al centro la salud de la población.