Cifras entregadas por el Ministerio de Salud del crecimiento del número de contagiados con Covid-19 en los últimos días dan cuenta del rotundo fracaso de la estrategia del Gobierno ante la pandemia que asola a la humanidad desde Diciembre pasado y muestran claramente que las advertencias y sugerencias planteadas por organizaciones científicas y organizaciones gremiales diversas, eran acertadas y lamentablemente no acogidas por las autoridades que, en vez de escuchar opiniones autorizadas, optaron por la lógica del exitismo y la autocomplacencia y lo que es peor, manipulando groseramente la información relativa al desarrollo de la enfermedad en el país tratando de arar el terreno para el “retorno seguro” a la “nueva normalidad” a fin de retomar la actividad productiva frenada por la crisis sanitaria afectando las utilidades de los grandes grupos empresariales. Una meseta inexistente abrió paso a la cruda realidad conocida últimamente forzando al Ejecutivo a tomar medidas más drásticas que ya habían sido demandadas, entre otros actores sociales, por las organizaciones sindicales de la salud pública y de usuarios de la misma.

El Ministerio de Salud desaprovechó la experiencia previa conocida en países en los que Covid-19 se hizo presente con una antelación de dos meses entregando una evidencia insoslayable para la toma correcta de decisiones sanitarias, pero que simplemente fueron despreciadas optando por una improvisación que, al presente, empieza a mostrar las consecuencias de una política del todo errada y cuyas consecuencias asumen los de siempre, los sectores más vulnerables del país.

Resulta inconcebible que el Gobierno haya, además de haber actuado con un retraso inaceptable en las medidas necesarias para preparar al sistema de salud, no haya actuado desde los primeros días fortaleciendo la acción preventiva de la Atención Primaria municipal y centralizada, mostrando en la práctica el sesgo hospitalocéntrico de las medidas adoptadas desde los inicios y hasta la fecha. Cuarentena nacional estricta con garantía de servicios básicos a la población y testeo masivo desde los territorios no fueron consideradas como medidas necesarias por las autoridades y por ello, hoy estamos entrando ya en la fase más crítica de la pandemia con un sistema de salud que ya está en su mayor parte en la RM, sobrepasado en su capacidad de respuesta ante una demanda en número y complejidad creciente día a día. Desde ya denunciamos que, en las actuales condiciones del sistema público, de no mediar medidas de calibre mayor, el colapso es cuestión de unos pocos días. Es del caso señalar que agrava el problema el que la Primera Línea contra el coronavirus, esté debilitándose progresivamente producto del número creciente de trabajadores afectados por Covid-19, el creciente stress laboral, la carencia de EPP en cantidad y calidad suficientes, entre otros problemas que afectan la capacidad de respuesta.

Como equipos de salud de la red pública rechazamos que, producto de la negligencia manifiesta de las autoridades en el manejo de la pandemia, tengamos que vernos sometidos al dilema ético de resolver quienes viven o quienes mueren, al obligársenos por la vía de hechos consumados, a decidir quienes tendrán o no acceso a procedimientos necesarios para resguardar la vida.

 

Como organizaciones metropolitanas de trabajadores y usuarios de la salud pública, exigimos al Gobierno medidas que a la brevedad mejoren la capacidad de respuesta del sector ante la situación que se vivirá en próximos días y dentro de éstas demandamos:

1.- Aumento inmediato de los actuales recursos financieros destinados a la salud pública para la pandemia.

2.- Hacer uso integrado desde ya de toda la red de salud pública y privada del país para atender la creciente demanda. En lo público, los hospitales de las FF AA y de Carabineros deben abrirse para el mundo civil en toda su capacidad y recursos.

3.- Garantizar a la brevedad los EPP necesarios para proteger al personal de salud.

La Pandemia ha generado una crisis sanitaria de proporciones históricas y además, ha profundizado la crisis de un modelo económico y social neoliberal injusto y carente de toda humanidad, evidenciando desigualdades inaceptables. Frente a las consecuencias económicas y sociales, el Gobierno de los empresarios ha actuado priorizando la defensa de los intereses de los grandes grupos económicos de Chile destinando miles de millones de dólares a fin de preservar sus negocios mientras, en un contraste dramático, para las y los millones de trabajadores dependientes de su fuerza de trabajo, la respuesta de la autoridad ha sido del todo mezquina y no por falta de recursos. Si bien la economía nacional verá mermado sus ingresos, es también cierto que el país cuenta con ahorros suficientes para entregar a los sectores más vulnerables un ingreso familiar que permita la subsistencia en condiciones mínima dignidad. En esta hora crítica, exigimos que se haga realidad el reiterado discurso de que gracias a su estricta y exitosa política fiscal, Chile está en mejores condiciones que sus vecinos para enfrentar la crisis.

Si los ahorros actuales fueran insuficientes, es del todo razonable acopiar recursos adicionales y para ello, el Gobierno debe hacer uso de los cuantiosos fondos destinados a las FF AA y Carabineros, pudiendo además legislarse una Reforma Tributaria para crear un impuesto adicional a las grandes fortunas nacionales.

 

ORGANIZACIONES METROPOLITANAS DE TRABAJADORAS(ES) Y USUARIAS(OS) DE LA SALUD PÚBLICA